Siempre será difícil de comprender la realidad detrás de la cara de bondad y justiciero que siempre ha querido ser el gobierno yanqui, con más de 6 millones de dólares por día como gasto en guerra en libia intenta estabilizar su economía aumentando los impuestos a sus ciudadanos que cada día son menos los que tiene un empleo, ¿está dejando de ser el país de las oportunidades?
Cinco cubanos presos con sentencias ilógicas en toda razón, con sentencias que pasan parte de la mortalidad, mas no pensando que cada día mas personas en el mundo conocen del caso blasfemo y falso y se multiplica la admiración hacia cada uno de esos hombre que al ser encarcelados eran simples cubanos pero que el tiempo y la historia hoy los ubica como héroes.
El héroe de menos sentencia es liberado en horas de la madrugada, donde solo es recibido por su padre e hijos porque su esposa no le permite en gobiernos de la democracia asistir a su esposo; para recuerdo de este héroe horas antes de su liberación como para que recuerde el resto de su vida es metido a la celda más pequeña donde los mal portados son metidos se sigue dando la saña y la desmoralización de este humano mientras el presidente Obama habla y quiere exigir al mundo el respeto a los derechos humanos y vetando las resoluciones de la ONU en el consejo de seguridad la petición de Palestina de ser un gobierno un estado legitimo como lo era antes de ser atropellado por los israelí aliados de E.E.U.U. Simplemente hoy Palestina pide se cumpla la resolución de la ONU de 1947.
Por otro lado en la capital de la madre de la democracia se establecen en casa de campañas y ahora contando con un permiso para los próximos 4 meses los anti capitalismo, jóvenes, adultos de diferentes ideologías y credos todos en un solo pensamiento, el capitalismo no es la mejor opción.
Se seguirá sumado E.E.U.U. a más y más intervenciones bien lo han dicho sus presidentes América para los americanos y el mundo para los americanos tratándose el concepto de americanos expresamente a ellos.
René González Sehwerert nació en Chicago, en Estados Unidos, el 13 de agosto de 1956, en el seno de una familia de procedencia obrera que emigra a Estados Unidos. Su padre, Cándido René González Castillo, era trabajador siderúrgico en Indiana, Estados Unidos; mientras su madre, Irma Teodora Sehwerert Milejan, se dedicaba a los quehaceres domésticos.
El 2 de octubre de 1961 sus padres, quienes desde Estados Unidos habían cooperado con el Movimiento 26 de Julio en la lucha contra Batista, deciden regresar y establecerse definitivamente en Cuba, en compañía de sus dos hijos, incorporándose de inmediato a las tareas de la Revolución.
En 1970 la Unión de Jóvenes Comunistas acoge a René en sus filas por su activa participación en las actividades militares, deportivas y otras de carácter político.
En 1972 se traslada a la secundaria básica Combatientes de América, en el municipio Cerro, y en 1973 ingresa en el segundo contingente del destacamento "Manuel Ascunce Domenech", estudiando en el curso especial como trabajador y comenzando a impartir clases entre 1973 y 1974 en la ESBEC República Socialista de Rumania, en Alquízar. En 1974, aun manteniendo su condición de extranjero y pudiendo eximirse de sus responsabilidades patrióticas, se presentó voluntariamente en el servicio militar general, siendo ubicado en la unidad militar 3075, donde pasó un curso de conductor de tanques. A principios de 1977, después de culminar el servicio militar, se le propuso y aceptó el cumplimiento de una misión internacionalista en la República Popular de Angola, pasando un entrenamiento como conductor de tanques T-34. Durante la misión fue designado jefe del claustro de profesores que impartían clases a soldados y a oficiales para elevar su nivel cultural.
Fue secretario del comité de la juventud, participando en un curso de dirigentes de la juventud y en otro de zapadores, obteniendo el primer expediente en ambos cursos. En marzo de 1979 culmina su misión internacionalista, siendo condecorado con la medalla Combatiente Internacionalista. Entre 1979 y 1982 realiza estudios en la escuela de aviación "Carlos Ulloa", en San Julián, Pinar del Río, graduándose como piloto. En 1982 la Sociedad de Educación Patriótico-Militar (SEPMI), lo acepta como trabajador y le encomienda la tarea de formar pilotos para las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En 1990 es aceptado en las filas de nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba. A finales de ese año, parte hacia Estados Unidos.
En Miami logra acceso a diferentes organizaciones contrarrevolucionarias que utilizan el territorio norteamericano para organizar y realizar acciones terroristas y provocaciones constantes contra nuestro país, con el propósito de desatar una confrontación militar entre Cuba y Estados Unidos. Su esposa, Olga Salanueva Arango, es miembro del Partido desde 1990 y es graduada de ingeniería industrial. Comenzó a trabajar en el año 1977 en la empresa Tenerías-Habana, primeramente como contadora y luego como ingeniera. En enero de 1997, Olga viaja a Estados Unidos para unirse a su esposo, acompañada de su hija mayor Irma González Salanueva. Posteriormente, en 1998, pocos meses antes de ser detenido, nacería en territorio norteamericano la más pequeña de esta familia valerosa, Ivette González Salanueva.
A raíz de la detención de René y del resto de los compañeros, comenzó un proceso de amenaza y chantaje de diferentes índoles hacia Olga y sus hijas, que incluyeron las presiones psicológicas y económicas, con el objetivo de que traicionara a su esposo, a su patria y a sus convicciones revolucionarias. A partir de ese momento, el sacrificio y los peligros para su seguridad personal y la de su familia aumentaron ostensiblemente. Aun en esas circunstancias, Olga decidió permanecer en Estados Unidos, llegando a jugar un papel importante como vía de comunicación entre los compañeros y su patria, y como apoyo moral. Los compañeros vieron en ella la estirpe de una Mariana Grajales, indoblegable y desafiante.
El último intento de propuesta deshonrosa y humillante por parte de un enemigo impotente y adolorido, fue intentar doblegar a René, como hablamos en la mesa redonda del viernes. La respuesta del matrimonio no se hizo esperar y, como resultado, Olga sufrió en carne propia la más injusta de las detenciones, permaneciendo en una prisión del INS de Estados Unidos durante tres meses, tiempo en que no lograron doblegar ni un ápice su carácter rebelde y revolucionario. A finales del 2000, Olga Salanueva Arango fue deportada hacia Cuba lográndose reunir en nuestro país con sus dos hijas. A su regreso de Estados Unidos la hija mayor, Irmita, se incorporó a sus estudios, primero en la ESBEC República de Panamá y actualmente en el "Raúl Cepero Bonilla", del municipio Diez de Octubre. La madre, Irma Sehwerert Mileján, se incorpora a las actividades revolucionarias en Estados Unidos, adonde emigra acompañada de sus padres.
Desde su regreso a Cuba, se incorporó de lleno a las actividades de la Revolución, siendo una destacada activista de las organizaciones de masa y miembro del Partido. Su padre, Cándido González Castillo, regresó a Cuba en 1961 y se vinculó directamente en las actividades revolucionarias, la movilización popular y las zafras del pueblo.
René goza de gran simpatía, admiración y estimación entre sus cuatro hermanos: Roberto, Iván, Dayana y Alina.
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